Los primeros días con un recién nacido son un torbellino de emociones y de adaptaciones. Para numerosos progenitores, esta fase se convierte en un periodo continuo de aprendizaje y de adaptación, mientras equilibran la felicidad de tener a su hijo con la exigencia de comprender y cubrir sus necesidades básicas. Estos primeros días pueden resultar tanto emocionantes como retadores. A pesar de que la mayoría de los padres desean el nacimiento de su bebé, el cambio a la vida con un recién nacido puede ser agobiante. La atención a un bebé recién nacido requiere aprender numerosos detalles, desde la correcta alimentación hasta el manejo de su sueño y los cambios de pañal, y muchos padres experimentan al principio sensaciones de inseguridad.
Este artículo tiene como objetivo ofrecer recomendaciones útiles acerca de cómo gestionar los primeros días con un recién nacido, tratando aspectos fundamentales como la nutrición, el descanso, los cambios de pañal y la formación de un vínculo emocional. Con datos precisos y sugerencias fundamentadas en las mejores prácticas, los progenitores podrán sentirse más capacitados y confiados para cuidar a su bebé, disfrutando al máximo de esta etapa tan única.
La importancia de la alimentación en los primeros días.
La alimentación es uno de los elementos más esenciales y habituales durante los primeros días de vida de un neonato. En este periodo, es necesario que los bebés se alimenten de manera regular, es decir cada pocas horas, ya sea con leche materna o de fórmula. En este momento, lo crucial es comprender las necesidades nutricionales del bebé y cómo satisfacerlas de forma correcta.
Lactancia materna:
La leche materna es la opción más recomendada para nutrir a los recién nacidos, gracias a su capacidad para suministrar los nutrientes esenciales que el bebé requiere para su crecimiento y desarrollo saludable. Además, la leche materna posee anticuerpos que contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico del bebé, protegiéndolo de posibles infecciones. Durante los primeros días, la madre generará calostro, una sustancia amarilla y espesa que, a pesar de ser producida en pequeñas cantidades, resulta sumamente nutritiva para el recién nacido. Es fundamental que los progenitores estén listos para un periodo de aprendizaje, dado que la lactancia materna puede necesitar tiempo para que tanto la madre como el bebé se adapten a la técnica de manera correcta. El bebe suele alimentarse de manera frecuente, cada 2 o 3 horas aproximadamente, ya que su estómago es muy pequeño y por tanto necesita alimentarse de forma constante.
Alimentación con fórmula:
En caso de que los padres decidan alimentar a su bebé con fórmula, es esencial acatar las recomendaciones del pediatra respecto a la cantidad y regularidad de las comidas. A pesar de que la fórmula está diseñada para ser una alternativa adecuada frente a la leche materna, no proporciona los mismos beneficios para el sistema inmunológico. Así, es fundamental que los progenitores garanticen una correcta higiene al elaborar la fórmula, empleando agua limpia y esterilizando los biberones y otros utensilios. Similar a la lactancia materna, durante los primeros días, los bebés alimentados con fórmula necesitan ser alimentados cada 2-3 horas.
Reconocer las señales de hambre:
En los primeros días, el bebé no podrá manifestar verbalmente su hambre. Sin embargo, hay varias señales que los progenitores pueden aprender a reconocer, tales como el llanto, ponerse las manos en la boca o realizar movimientos de succión. Estas señales señalan que el bebé necesita comer, y los progenitores deben prestar atención a ellas para garantizar que su hijo/a esté adecuadamente alimentado.
El sueño del recién nacido
El sueño de un recién nacido es uno de los elementos que más fascina a los padres nuevos. A pesar de que los recién nacidos duermen bastante, su modo de sueño es totalmente distinto al de los adultos, lo que puede representar un reto para los progenitores que desean relajarse durante este periodo de tiempo.
Sueño interrumpido:
Los recién nacidos tienden a dormir entre 16 y 18 horas diarias, sin embargo, sus intervalos de descanso son breves y se reparten durante el día y la noche. El bebé no seguirá un horario constante de sueño, lo que implica que se despertará cada varias horas para tomar alimentos. Esto puede provocar una interrupción continua del sueño de los progenitores, provocando cansancio y tensión. No obstante, es crucial tener en cuenta que esta es únicamente una etapa temporal, y con el paso del tiempo, el régimen de sueño del bebé se regulará.
Crear un ambiente adecuado para dormir:
Para facilitar el descanso del bebé, es fundamental crear un entorno de sueño tranquilo y cómodo. Mantener una temperatura adecuada, ni muy caliente ni muy fría, reducir la luz y los sonidos intensos, y usar una cuna segura, son elementos esenciales para lograr que el bebé duerma mejor. Algunos especialistas aconsejan el uso de sonidos suaves, como la música o el ruido blanco, con el objetivo de tranquilizar al bebé y así ayudarlo a conciliar el sueño.
Posiciones de sueño seguras:
Durante los primeros meses, los pediatras aconsejan que los niños duerman siempre en posición supina (boca arriba), dado que esta postura disminuye la probabilidad de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Además, es imprudente colocar almohadas, cobijas o juguetes blandos en la cuna, dado que pueden provocar riesgo a sufrir asfixia o sofocación.
Establecer una rutina de sueño:
A pesar de que los neonatos no poseen una rutina de sueño definida, los progenitores pueden empezar a programar una serie de actividades relajantes antes de acostarse, tales como un baño caliente, un masaje suave o una melodía tranquila. Estas actividades pueden ayudar al bebé a asociar ciertos rituales con el momento del sueño y, con el paso del tiempo, ayudarán a establecer una rutina más constante. Conforme el bebé se desarrolle, empezará a identificar y reaccionar de manera más efectiva a estas señales, lo que facilitará que el sueño sea más predecible.
El cambio del pañal
Uno de los cuidados más habituales que los padres deben llevar a cabo durante los primeros días de vida de su pequeño es el cambio de los pañales. Como los recién nacidos orinan y defecan frecuentemente, es necesario que los cambios de pañal sean regulares con el fin de prevenir irritaciones en la piel o infecciones.
- Frecuencia de los cambios: En los primeros días, un bebe puede necesitar hasta 8 y 12 cambios de pañal diarios. Es fundamental no esperar hasta que el pañal se encuentre totalmente lleno para sustituirlo, ya que la orina y las heces pueden causar irritación en la piel delicada del bebé. A pesar de que puede parecer que los pañales se cambian constantemente, este método es una forma de proteger la piel del bebé y evitar su malestar.
- Como cambiar el pañal de forma adecuada: Al cambiar el pañal a un recién nacido, es imprescindible que los padres dispongan de los productos necesarios, tales como pañales limpios, toallitas húmedas, crema para la dermatitis del pañal y un paño limpio para ayudar a secar el bebé después de limpiarlo. El proceso empieza quitando el pañal sucio y limpiando de forma adecuada la zona genital del bebé. En el caso de las niñas, es fundamental limpiar de adelante hacia atrás para prevenir infecciones urinarias. Tras realizar una adecuada limpieza, es recomendable dejar que la piel del bebé se airee por unos instantes para que se mantenga fresca y libre de humedad antes de colocar un pañal limpio.
- Prevención de irritaciones: La piel de los bebés es extremadamente sensible, por lo que es esencial prevenir las irritaciones y las rozaduras en la zona del pañal. Es beneficioso utilizar cremas que actúan como barreras contra la humedad para prevenir que la piel entre en contacto directo con la orina o las heces. Además, la selección de pañales de mejor calidad y la comprobación continua de su ajuste adecuado son elementos clave para disminuir el riesgo de sufrir irritaciones.
- El baño y los cambios de pañal: En los primeros días, los padres podrían decidir no bañar al bebé regularmente, especialmente si el cordón umbilical todavía se encuentra adherido. En esta situación, resulta conveniente limpiar al bebé con toallitas húmedas durante los cambios de pañal. Para los bebés que ya han superado esta fase, el baño puede integrarse en su rutina de cuidado personal, a pesar de que al inicio no es necesario hacerlo todos los días. Es esencial mantener la zona alrededor del cordón umbilical limpia y seca hasta que el cordón caiga de manera natural.
El vínculo con el bebé
El vínculo afectivo es uno de los elementos más importantes a preservar durante los primeros días con un recién nacido. Aunque la alimentación, el sueño y los cambios de pañal son fundamentales para el bienestar físico del bebe, el vínculo emocional es igual de importante. Los primeros días son fundamentales para construir una relación cercana, segura y llena de amor que perdurará a lo largo de la vida.
- La importancia del contacto físico: Los recién nacidos necesitan sentir el contacto cercano y seguro de sus progenitores para un adecuado desarrollo emocional. El contacto directo con la piel, también llamado “cuidado canguro” es especialmente beneficioso en los primeros días de vida. Este tipo de contacto no solo fomenta la conexión entre progenitores e hijos, sino que también contribuye a regular la temperatura corporal del bebé, estabiliza su ritmo cardiaco y disminuye el estrés tanto en el bebé como en los padres. Además,se ha comprobado que la exposición física incrementa la producción de oxitocina, la hormona del amor, en ambos.
- Atención a las necesidades emocionales del bebé: A pesar de un bebé no puede manifestar sus necesidades emocionales de manera verbal, si puede manifestarse mediante su llanto, su lenguaje corporal y su respuesta ante los estímulos. Es imprescindible que los padres estén alerta a las señales de su bebe, ya sea que busque consuelo, nutrición o simplemente contacto. La respuesta rápida y amorosa a estas señales contribuye a que el bebé se sienta seguro y amado.
- Hablar y mirar a los ojos del bebé: Es crucial comunicarse con el bebé y mirarlo a los ojos, incluso aunque no comprenda las palabras, para el desarrollo emocional y cognitivo del bebé. Las interacciones tanto verbales como visuales son esenciales para que el bebé empiece a distinguir la voz de sus progenitores y las expresiones faciales. Esto también fortalece el vínculo emocional y genera un sentimiento de seguridad en el bebé, quien empieza a asociar a sus cuidadores con protección y consuelo.
- La importancia de la cercanía emocional: Los primeros días son una oportunidad para fortalecer la conexión emocional entre el bebé y los padres. Mantenerse cerca del bebé, abrazarlo y estar disponibles para calmarlo cuando sea necesario, son prácticas fundamentales para el desarrollo del apego seguro. Un bebé que experimenta un apego seguro tiene más probabilidades de desarrollar confianza y autonomía a medida que se desarrolla.
Conclusión
A pesar de que los primeros días con un bebe pueden resultar desafiantes, también son una etapa de descubrimiento, aprendizaje y unión. Conforme los padres van adaptándose a las nuevas obligaciones, es fundamental tener en cuenta que no hay un método ideal para el cuido de un bebé, pero sí una constante de amor, paciencia y compromiso. Es necesario que los padres confíen en su intuición, aprendan a identificar las señales del bebé y deben apoyarse en sus seres queridos para superar los momentos complicados.
Al final, cada experiencia es única y lo importante es que tanto el bebé como los padres se sientan queridos, cuidados y apoyados en esta nueva etapa de la vida.